Los fantasmas no llaman a la puerta

El Oso y la Marmota son grandes amigos y siempre juegan juntos. Es genial encontrar tesoros juntos o cantar y bailar como si fuesen estrellas. Pero una tarde, el Oso le dice a la Marmota que ha invitado al Pato a jugar con ellos. ­No puede ser! A la Marmota no le gusta el Pato. Ni el Pato, ni ningún otro animal que pueda estropear su amistad en exclusiva con el Oso. Por eso está decidida a evitar que el Pato vaya a jugar con ellos. ­Y será capaz de hacer lo que sea necesario!¿Qué enredos provocarán sus alocadas ideas? Al fin y al cabo, puede que tener muchos amigos no sea tan malo, y es­ mucho más divertido de lo que habí­a imaginado?

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