Un juego que pone a prueba el equilibrio y el buen pulso donde el niño intentará colocar las piezas-rama y los pájaros apilándolos sin derribar el árbol. Se puede empezar haciéndolo simplemente con los dedos para más tarde aumentar la dificultad y hacerlo con las pinzas. Con el dado haremos turno y el color que salga indicará qué animal se debe colocar, pues éste tendrá que ser del mismo color que el dado.